Otra
víctima del encierro de esta mañana fue Cospedal. Bueno, la memoria
de Cospedal, que estaba en los cielos de la Cámara, es decir, en las
balconadas. Cuando se oyó mentar en el discurso de Rubalcaba, a la
santa le dio un patatús. Uno que tenía a la derecha le miraba de
reojillo, como se mira al mal fario. A su izquierda estaba Rita
Barberá, otra santa.