Fraga con Pio Cabanillas, mentor de Mariano Rajoy y ministro de Información durante el caso Reace |
La
cosa es que cuando Mariano Rajoy padre dice eso de las presiones,
así, en general, es que le están preguntando por un caso concreto,
el caso Reasa, el del aceite, el de Redondela, el de Nicolás Franco
Bahamonde, el otro caso Matesa. Por no enredar, Reasa fue un grave
escándalo económico y político del tardofranquismo complicado por
un sorprendente reguero de cadáveres. Tras dos años de instrucción,
el caso cayó en suertes a Mariano Rajoy padre que lo despachó con
discreción, celeridad y un discutible pero práctico sentido de la
justicia: cargando las culpas a los muertos.
Los
fiambres culposos fueron José María Romero González, el
denunciante que destapó el caso y meses después se suicidó matando
además a su mujer y su hija en su propio domicilio con la casa
cerrada a cal y canto y las puertas y ventanas selladas con trapos, e
Isidro Suárez Díaz-Morís, presidente del Consejo de Administración
de Reace, que murió fatalmente envenenado mientras se duchaba, en la
cárcel de Vigo, a eso de las diez de la noche,
por culpa de unas aciagas emanaciones de CO2.
Sí,
todo muy raro.
Foto: Aquí.