Ahora,
ya de secretario de Estado de Wert y Cultura, Lassalle se ha dejado
barba y eso le ha ayudado, ha ganado atractivo. Parece que sonríe
mas aunque sea lo mismo. Para compensarlo hizo una Ley de la
propiedad Intelectual que también es más de lo mismo: canon, -eso
sí, en la sombra-, censura previa, criminalizar la copia privada y
favorecer el monopolio intermediario para mantener el control. Y es
que Lassalle no da para más que para hacer lo mismo que cualquier
otro. Ahí sigue, de aspirante a ministro. Aunque si las cosas
empeoran, quizá le vaya mejor.
Foto:Aquí.