Mariano
Rajoy no abrió la boca hasta el día siguiente. Fue el sábado
diecinueve, de mañana. Y de pasada. Una periodista lo pilló en la
escalera del gallego, él quieto parado, la escalera subiendo. Y la
periodista fue y se lo preguntó sin más, a bocajarro:
-
Señor
Rajoy ¿Hubo sobresueldos en el Partido Popular?
Mariano
asintió con la cabeza y lo dijo:
-
¡Sí,
hombre!